Poco se sabe del logro científico Chino que logró enviar el 1 diciembre del 2020, la Sonda espacial Chang'e-5 a la luna. Claramente, para llevar a cabo tal proeza se requieren años de Desarrollo Científico y Tecnológico. La pregunta que cabe hacerse es, ¿Qué ha hecho que en los últimos 40 años China haya logrado alcanzar el desarrollo con mayor rapidez que otros países del mundo? ¿Es una cuestión de modelo económico y político?. Para entender el desarrollo social y económico de China tenemos que remontarnos a su historia más reciente.
Al término de la Guerra Civil China en el año 1949, se funda la República Popular China bajo el liderazgo de Mao Tse Tung (1893-1976). Mao Tse Tung se convierte así en el líder supremo del Partido Comunista Chino, iniciándose una serie de transformaciones políticas-económicas. El Partido Comunista asume la dirección del país. Como era de esperarse se une al bloque de los llamados países comunistas liderados por la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Al margen de los cuestionamientos políticos que supuso un régimen unipartidista, la sociedad china comienza una serie de transformaciones económicas y sociales que, muy posiblemente, la convertirían décadas después en una potencia mundial.
En aquellos años, Mao Tse Tung inicia una campaña de alfabetización (pasando de un 15% en el año de 1949 a un 96,8% en el año 2018) y un incremento del gasto en educación sin precedentes en la historia China. Desde aquel momento las políticas de Estado se centraron en incrementar su fuerza laboral con una mayor escolaridad. Mao tenía claro que una fuerza laboral educada se transformaría en una fuente de desarrollo. Conjuntamente con un incremento en los niveles educativos de la población se logró aumentar la esperanza de vida de las personas, pasando de 44 años en el 1949 a 77 años en 2020. En el año de 1958 Mao implementa una seria de medidas orientadas a convertir la economía agraria China a una de rápida industrialización. Los esfuerzos se centraron en potenciar el sector secundario (actividades industriales) y cuaternario (educación, investigación científica e Investigación y Desarrollo). Muy rápidamente, y de la mano de Deng Xiaoping (1904-1997), los chinos incrementaron la población con estudios universitarios y, por lo tanto, su formación de capital humano.
Es importante hacer hincapié en el hecho que, desde su fundación, la República Popular China adoptó una economía de planificación central, es decir un Estado dueño de los medios de producción con control de precios. Todo parece indicar que, a pesar de las controversias económicas y políticas que suscita este tipo de modelo económico basado en planificaciones quinquenales, le permitió a China sentar las bases para llegar a ser una potencia mundial. A modo de ejemplo, según datos del Banco Mundial (2019), China aparece en el segundo lugar, después de los EEUU, en gasto en Investigación y Desarrollo con un 2,23% del PIB.
En el año 1990 y bajo el mandato de Deng Xiaoping, caen el muro de Berlín y todos los países del bloque comunista. La transición de un modelo de planificación central a un modelo de libre mercado empobreció a muchos países del Este. Sin embargo, la transición de China fue gradual permitiéndoles aprovechar las ventajas de ambos modelos. Por lo mismo, el modelo económico y político de China es único en el mundo, es un país capitalista con políticas pro-mercado y gobernado por un Partido Único. Según los distintos coeficientes que miden el bienestar de la población, no existe ni menos ni más desigualdad que otros países del mundo.
A mi juicio, los factores de desarrollo económico de China son múltiples y difíciles de desentrañar. Son una mezcla de recetas económicas clásicas con aspectos culturales propios de los países asiáticos: visión de Estado a largo plazo, disciplina y rigurosidad en todo el quehacer de la vida cotidiana.
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