Los primeros estudios migratorios se lo debemos al demógrafo Ernst Georg Ravenstein (1834-1913). Su aporte se centró en postular ciertos patrones de los flujos que tienen que ver con la inestabilidad económica y social de los países de origen que no logran brindarles a sus ciudadanos un mejor bienestar económico.
Este postulado sigue vigente y el éxodo de migrantes provenientes de países vecinos es la consecuencia de décadas de pobreza y desigualdad. Los datos muestran que América Latina se ha convertido en una de las regiones más desiguales del mundo y con una mayor cantidad de personas en condiciones de pobreza. De acuerdo al último informe de la CEPAL (2020), la pobreza se incrementó de un 27,8% en el año 2014 a un 30,5% en el año 2019. En otros términos, la tercera parte de la población de América Latina vivía en ese año en condiciones de pobreza. El pronóstico para a fines del año 2020 fue un incremento adicional de 22 millones de pobres.
Ciertamente el caso de Venezuela es una situación que preocupa a la comunidad internacional debido a los 6 millones de venezolanos que han migrado a otros países de la Región. Venezuela es un país que está inmerso en un conflicto político interno que le ha impedido resolver de buena manera su crisis económica y social. Pero, no es sólo la migración venezolana lo que ha provocado la crisis humanitaria en la Región. Desde hace más de dos décadas que Chile se ha transformado en un país receptor de migrantes provenientes de Colombia, Perú y Bolivia. Una situación que se ha agudizado en los últimos meses producto de la crisis económica mundial. Paradójicamente, Colombia se ha convertido en un país receptor de gran parte de la migración proveniente de Venezuela. Se estima que Colombia ha acogido a un total de 1,7 millones de venezolanos, de los cuales 947.106 están en calidad de irregulares.
Frente a estos hechos, ¿Qué medidas pueden adoptar las autoridades para enfrentar el ingreso de migrantes por pasos fronterizos no habilitados? El ingreso de migrantes al país de manera irregular no es una situación que pueda resolver únicamente Chile. Es una crisis humanitaria que tiene que ser abordada con un acuerdo multilateral que requiere inversión de recursos. En mi opinión, el desplazamiento masivo de migrantes no se resuelve construyendo muros fronterizos, la solución está en manos de los gobiernos de los países de origen que no han logrado resolver sus problemas de desigualdad y pobreza que aquejan a la población.
Planck Barahona Urbina
Doctor en Economía Aplicada
Académico del Departamento de Industria y Negocios
Facultad de Ingeniería
Universidad de Atacama